La vida antes del minisplit
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Hoy en día, se nos hace muy normal entrar a casa y sentir la oleada de aire frío con la que nos reciben los aires acondicionados.
Los que vivimos en ciudades con temperaturas con calor extremo no imaginamos la vida de otra manera.
Los aires acondicionados son básicos en nuestras vidas… pero, no siempre ha sido así.
¿Te imaginas cómo era la vida antes de los minisplits?
La revolución del aire acondicionado
El aire acondicionado moderno se inventó en la década de 1920, pero su uso se popularizó hasta la segunda mitad del siglo XX.
Entonces, ¿Cómo le hacían las personas para sobrevivir a los veranos de más de 40ºC?
La respuesta es simple: el modo de construcción de las casas ayudaba a mantenerlas frías.
Eran los arquitectos los que se encargaban de construir las casas para mantenerlas frescas.
Así es cómo lo lograban:
Propiciando las corrientes de aire
En las zonas más cálidas, se abrían las ventanas del sótano y del piso más alto, las cuales permitían la circulación del aire, generando una brisa fresca dentro de la casa.
En otros lugares, las casas se construían sobre bloques de concreto, permitiendo que el aire circulara entre ellos ayudando a mantener el piso de la casa fresco durante todo el verano.
Construyendo casas con techos altos
Los techos de más de 3 metros de altura eran muy comunes antes de la invención del aire acondicionado, pues lograban que el aire caliente subiera, dejando la parte inferior de la casa fresca y cómoda.
Instalando travesaños
Los travesaños (pequeñas ventanas sobre una puerta) permitían que el aire caliente que subía al techo circulara hacia otros pisos, favoreciendo el movimiento de aire dentro de la casa.
Por lo general, los travesaños tenían bisagras y herramientas especiales para poder manipularlas según la necesidad de enfriar o calentar la casa.
Construyendo grandes ventanales
Muchas casas tenían ventanas de doble altura.
Al abrir la parte superior, permitían que el aire caliente que se había acumulado en el techo saliera, y, al abrir la parte baja, sobre todo en las noches, permitían que entrara el aire fresco del exterior.
Poniéndose creativos con los materiales de construcción
Otro recurso muy creativo era construir azoteas de plomo, estaño o cobre y pintarlas de colores claros o plateados.
De esta manera lograban reflejar el calor lejos de la casa para reducir la temperatura interior.
En algunas casas incluso instalaban techos de estaño dentro para mantener el calor en la parte superior.
Usando paredes muy gruesas
Este era un recurso bastante caro pero muy efectivo.
Construir paredes gruesas de ladrillo o piedra era el mejor aislante.
Paredes de hasta 60 centímetros de grosor eran muy comunes en las casas de familias de dinero y lograban bloquear el calor.
Así era cómo nuestros abuelos y bisabuelos lograban mantener frescas sus casas y sobrevivir a las duras temperaturas de nuestra ciudad.
Antes de la existencia del aire acondicionado, los arquitectos se tenían que poner muy creativos para dominar al clima con sus construcciones.
Afortunadamente, nosotros tenemos el aire acondicionado y no nos podemos imaginar un verano sin él.